VIRGEN de la PIEDAD y CRISTO de la FE
Mirad la Virgen Piadosa
cuán triste y cuán amargada,
esa cara tan hermosa
donde lleva reflejada
la pena más angustiosa.
Que su Hijo, siendo inocente
lleva los brazos en cruz
y en el sudor de su frente
refleja toda la luz
de su Pasión y su muerte.
Cómo no habría de llorar
llevando al hijo en los brazos,
tratado con tal crueldad
a golpes y a salivazos
el Autor de la Verdad.
Mi corazón se entristece,
mis labios lloran de pena
y mi cuerpo se estremece
al ver la
Madre más buena
en un trance como ese.
Quiero pedirte perdón,
¡oh Virgen de la Piedad!
y mitigar tu dolor,
pues ante tu gran bondad
está mi falta de amor.
Y a ese Cristo de la Fe
que murió para salvarme,
le suplico que me dé
valor para superarme
y para amarle, más fe.
Carmen Martínez Mateos
“La Poeta
de la Esperanza”
No hay comentarios:
Publicar un comentario