domingo, 19 de julio de 2015

ESTOY MUERTA



ESTOY MUERTA 
Dicen que cuando te mueres, no puede dolerte nada.
Pero yo no me lo creo porque yo estoy destrozada,
y me duele el corazón y me duelen las entrañas,
y me duele la cabeza y hasta me duele la espalda.
¡Te juro que sí estoy muerta! Creo que de una puñalada
que me ha clavado la vida, yo no sé si por la espalda,
me ha salido por el pecho y el esternón me sangraba
y la sangre, gota a gota, todo mi pecho mojaba.
¡Os lo juro, sí estoy muerta, aún así, me duele el alma!
Me duele por la amargura de sentirme rechazada
de la única criatura que yo estoy enamorada,
que sin habérmelo dicho, siento que no siente nada,
que su corazón no es libre, que alguien ocupa su alma.
¡Pero, qué mala pasada, viene a jugarme la vida cuando menos lo esperaba!
Hora de gnomos y brujas, danzando en la madrugada, 
volando en la noche oscura, se cuelan por mi ventana, diciendo en tono de burla: 
“-¡Tonta, que no sabes nada! Te portas como una niña, en una edad inadecuada”
“-Pero si yo ya estoy muerta -contesto un poco asustada- 
¿Quién eres?¿Por qué me hablas?
 Tú no sabes que los muertos no pueden escuchar nada?
“-¡Despierta! Tú no estás muerta; sólo estás enamorada,
pero no has sabido hacerlo de la persona adecuada”
“-Es por eso que estoy muerta y tanto me duele el alma,
 siento mi pecho sangrante y llorando amargas lágeimas.
Si son lágrimas de sangre ¿Cómo no han de ser amargas? 
Por eso sé que estoy muerta, aunque tenga la Palabra,
aunque se mueva mi cuerpo y pueda salir mañana,
a la calle o a la escuela, a la iglesia o a la plaza.
Pero sigo estando muerta y sangrando con el alma.
Por una vez en la vida que he sentido esta llamada, no he sido correspondida…
Son las tres de la mañana y noto brotar la sangre de la herida imaginada.
¡Sangra… sangra lentamente…. Sangra… no puedo cortarla!
Es lo mismo que una fuente manando chorros de agua.
Pero no agua cristalina. No. Es agua ensangrentada, es del fondo de la herida
que llevo sin ser clavada y sin que exista el puñal , sin que nadie note nada,
me duele tan sólo a mí y nadie puede curarla 
y nadie tiene la culpa ¿Qué es la culpa? Eso no es nada. 

Pero yo sé que estoy muerta… y aún así…
 ¡¡¡Me sigue doliendo el alma!!! 

(De mi próximo libro)

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